Y esa gente ¿a quién vota?

por Abel Marín
perfeccionar los contrapesos de poder

Cuando uno lee esta noticia reciente es imposible que se quede impasible. Y crea que puesto que delegamos nuestro poder en todo tipo de personas, quizás debamos perfeccionar los contrapesos de poder.

Es de suponer que alguno que lea el titular realmente crea que el Sol gira alrededor de la Tierra. Aunque creo que los que creen es eso, no tienen como hábito leer mucho, o al menos, no prensa seria, pero si memes que le llegan masivamente por whatsapp.

Creo que nadie que esté leyendo este post crea eso, pero aconsejo leer el informe, pues muy pocos contestaron bien al 90% de la preguntas.

Los resultados de la encuesta de la Fundación BBVA sobre el conocimiento científico en España y otros países europeos y americanos han revelado datos alarmantes:

     

      • un 25% de los españoles cree que la Tierra está en el centro del universo

      • y un 40% piensa que los tomates que comemos no tienen genes.

    A quién vote estas personas no es muy relevante. Lo importante es qué proceso mental y cognitivo siguen para tomar sus decisiones de sus vidas personales, y también, cómo no, su decisión de voto.

    Este déficit de conocimiento científico, sin duda, es una muestra que se puede extrapolar a conocimientos sobre economía, derechos, salud, etc.

    Creo que coincidimos todos en que una sociedad sana y próspera requiere de ciudadanos bien informados y que tomen decisiones correctas, basadas en la medida de lo posible en datos ciertos. Y también fruto de procesos racionales en vez de en decisiones emocionales, con las tripas y nada de cerebro.

    En por ello, que para que esta participación democrática sea efectiva y constructiva, es crucial que los votantes estén bien informados y sean capaces de discernir entre la información veraz y los bulos que circulan. Especialmente en la Era de la Información, donde cualquiera como yo, puede publicar lo que le venga en gana.

    Contrapesos de poder en la democracia

    ¿A quién prefieres como piloto del avión en el que vuelas? ¿Al que mejor habla o al que mejor pilota?

    La democracia se fundamenta en la participación activa de la ciudadanía en el proceso electoral, lo que se conoce como sufragio universal activo y pasivo.

    Este principio garantiza que cualquier ciudadano puede votar y ser votado, respetando la igualdad y la libertad de elección.

    Pues creo que deberías saber que Haití, una de las naciones más pobres del Mundo, con los índices de violencia, analfabetismo, y de desarrollo humanos peores, es formalmente una democracia, de hecho es uno de los primeros Estados en la Historia Moderna en tener una Constitución con división de poderes. Es curisoso tuvo el vudú reconocimiento como religión oficial en 2003 durante el mandato del presidente Jean-Bertrand Aristide. No me extrañaría que el porcentaje de personas que creen allí que el centro del Universo es la Tierra sea algo más elevado que aquí.

    No se trata de ideologías, sino de mejorar la regulación de los sistemas democráticos y perfeccionar los contrapesos de poderes, especialmente en una era donde la desinformación puede alterar significativamente los procesos electorales y la opinión pública.

    Desinformación y su impacto en la democracia

    La encuesta de la Fundación BBVA pone de manifiesto un problema grave: la falta de conocimientos científicos básicos en una parte significativa de la población.

    Imagina en los conocientos de economía, Derecho, historia, etc.

    La desinformación no solo afecta la toma de decisiones individuales, sino que puede tener consecuencias a gran escala, alterando la opinión pública y, en última instancia, los resultados electorales.

    Mejora de la regulación democrática

    Para mitigar estos efectos negativos, es esencial mejorar la regulación de los sistemas democráticos, fortaleciendo los contrapesos de poder.

        1. Transparencia y acceso a la información. Asegurar que la información proporcionada por las instituciones y los medios de comunicación sea clara, precisa y accesible, para que la ciudadanía pueda tomar decisiones informadas.

        1. Control jurisdiccional, no político,  para evitar la impunidad de la difusión de desinformación en los medios de comunicación y redes sociales, garantizando que las plataformas sean responsables del contenido que publican.

        1. Fortalecimiento de las instituciones democráticas. En el caso español, en mi opinión necesita una reforma constitucional y Legislativa profunda para equilibrar la División de Poderes. Y sustituir el sistema electoral partitocrático (ver) por un sistema más directo y representativo. Un sistema en el que, al menos, todos lo votos tengan el mismo valor, aunque crean que la Tierra es plana.

      Pero, bueno, todo lo anterior queda muy estiloso y rimbombante. Demasiado abstracto. Poco concreto. Por tanto, mi aportación creo que es poco útil.

      Por ello, creo voy a proponer una medida mucho más útil:

       lee libros, hostia, muchos libros.

      Para muestra, un botón.

      La encuesta de la Fundación BBVA sobre el conocimiento científico en España, es más que un indicio de nuestra poca cultura, es una evidencia.

      Creo que es más importante lo que afecta a la vida personal que a la política, pero hoy yo quería enfocarme en la parte jurídica, de organización del Estado y del sistema Constitucional, hoy en riesgo, y que creo que estoy algo más capacitado.

      Por ello subrayo la necesidad urgente de perfeccionar la regulación de los sistemas democráticos y fortalecer los contrapesos de poder.

      Y leer libros, leer muchos libros, diversas materias, de historia, de economía, de salud, de ciencia, de antropología. Y procurad entender lo que se lee.

      No os mintáis a vosotros mismos, los recortes letras que leéis en el móvil NO es LEER, no lo es, igual que una cosa es escribir y otra juntar letras. Leer sin comprender es el balde, incluso contraproducente.

      En la Era de la Información, donde los bulos y falsas creencias pueden alterar los procesos electorales y la opinión pública, es fundamental que los ciudadanos estén bien informados y que las instituciones democráticas trabajen en pro de la transparencia y la veracidad.

      Sólo así se podrá garantizar una democracia robusta y resistente a sus amenazas, capaz de enfrentar los desafíos del siglo XXI. 

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