“Si de joven hubiera sabido lo que sé ahora…”

por Abel Marín

¡Cuántas veces hemos dicho eso!.

Yo lo he dicho a los 20, a los 30,  a los 40 y lo sigo diciendo a mis cincuenta y tantos.

Ergo, sé con seguridad que lo seguiré diciendo en el futuro, el camino de huida de la ignorancia es infinito.

Así que voy a hacer un resumen de algunas cosas que he aprendido sobre una de las cosas más importantes en la vida: nuestra situación financiera.

Currando en tu habilidad: tu mejor inversión

Uno sí se hace rico trabajando. Es más, uno sólo se puede hacer rico trabajando, pero con cabeza.

Que no te cuenten milongas. Que se lo pregunten a Amacio Ortega, a Juan Roig o a Warren Buffet, siguen trabajando, ¿o no?…

El camino de la solvencia económica, no llegará por tener una gran idea, o por ser un iluminado inversor, ni siendo un influencer de éxito…

Para tener una vida financiera exitosa, lo más importante es adquirir una habilidad que puedas ofrecer al mercado, ya sea a través de un empleo o como profesional autónomo.

Está de moda llamarlo emprendedor, pero no me gusta el uso y abuso del término. Porque un tonto motivado, también puede saltar a la arena de mercado, ejercer de emprendedor, y en ese camino arruinarse, y ya de paso arruinar a los familiares a los que embaucó con préstamos y avales.

No basta sólo de ser bueno en algo. No seas presuntuoso, salvo que te conformes con estar en la media. La mediocridad es estar en la media. Se vive cómodo, pero triste, y te pudre la envidia.

Se trata de ser superior a la media, o incluso el mejor en tu categoría, en tu oficio, o especialidad profesional. Esta excelencia sólo se logra con práctica constante.

Malcolm Gladwell sostiene que se necesitan 10.000 horas para dominar una nueva habilidad.

Pero, aconsejo que seas humilde y consideres ese tiempo como un mínimo. En la realidad, te enfrentarás competidores que lleven mucho más tiempo y que te superen en especialización y desempeño. Por lo tanto, debes estar preparado para invertir más tiempo y esfuerzo para destacar verdaderamente. Ah, y para siempre.

Sólo así tendrás trabajos bien pagados, como empleado o como profesional, y por ende sólo así podrás pasar al segundo nivel: el ahorro y la inversión.

 

Ahorro e ínversión: los pilares del crecimiento financiero

Una vez que hayas desarrollado una habilidad valiosa, el siguiente paso es el ahorro y la inversión.

Aquí también, el tiempo juega un papel crucial.

Comenzar a ahorrar e invertir lo antes posible permite que la magia del interés compuesto haga su trabajo. Cuanto más tiempo inviertas, mayor será la «bola de nieve» de tus ahorros e inversiones.

Adquirir habilidades en la inversión es tan importante como desarrollar tu habilidad principal. La educación financiera te permitirá tomar decisiones informadas que maximicen tus rendimientos y minimicen los riesgos.

Persistencia: clave para una vida economica exitosa

La teoría de Richard Thaler, premio nobel de economía, explica lo que tantos otros psicólogos y neurólogos confirman: el ser humano está diseñado para actuar en el corto plazo, priorizando la supervivencia inmediata.

Esto puede ser un obstáculo cuando se trata de mantener estrategias a largo plazo. La mayoría abandonamos los planes de perder peso, estar en forma, y también estudiar, ahorrar e invertir sin cesar.

El esfuerzo continuado en una dirección, no como pollo sin cabeza, es lo que asegura el logro y la mejora constante. Lo cual incrementa nuestra motivación y entramos en un círculo virtuoso.

La persistencia es clave. Aunque nuestro cerebro esté inclinado hacia recompensas inmediatas, debemos entrenarlo para pensar en el largo plazo.

Un consejo práctico:

entiende la vida diaria como una frustración natural. Lo normal es que no nos salgan las cosas como deseamos, ni siempre, ni al primer intento.

Los peligros de la impaciencia y la toma de decisiones precipitadas

La falta de persistencia y paciencia para el largo plazo nos lleva a ver como se alejan nuestros sueños,  y entra en juego la impaciencia. Y podemos caer en el riesgo de tomar decisiones precipitadas sin tener los conocimientos y habilidades necesarios, ni los datos suficientes.

Esto provoca errores significativos que, en lugar de proporcionarnos los avances deseados, generan enormes retrocesos.

La impaciencia puede hacer que nos desvíemos de nuestras estrategias bien planificadas, buscando soluciones rápidas que raramente funcionan. Esto nos pone en una posición vulnerable, incrementando el riesgo de perder recursos y oportunidades valiosas.

Con un fin en la mente y paciencia

El nexo común en todos estos aspectos es el esfuerzo continuado en el tiempo y enfocado.

Ojo, un serio problema suele radicar en que en la mayoría de las ocasiones esos planes están en contradicción y se desarrollan de forma aislada. Es decir, sin conexión aparente entre ellos. Y por tanto, la persona no es capaz de advertir la contradicción en sus planes, y su fracaso está más que asegurado. 

Dominar una habilidad, ahorrar e invertir sabiamente, y mantener la persistencia a pesar de nuestras inclinaciones naturales hacia el corto plazo, son las claves para una vida financiera exitosa.

La sabiduría sólo llega con el tiempo, esperar la suerte es optar por la mediocridad, pero conseguir la bajeza.

Recuerda, el éxito financiero no es un destino, sino un viaje que requiere dedicación constante y una mentalidad a largo plazo.

O dicho de otra manera. La Fórmula para una vida financiera exitosa, empieza trabajando, y continua con la especialización, la excelencia, el enfoque y perseverancia.

Si has leido bien: trabajando, no lo olvides… y luego todo lo demás.

Imagen de rawpixel.com en Freepik

 

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