Tu libertad personal no es lo que crees

por Abel Marín

La libertad personal no es hacer lo que uno quiere, sino hacer lo que uno debe.

En la búsqueda constante de felicidad y realización, a menudo nos encontramos atrapados en la vorágine de demandas externas, ideologías polarizadas y promesas vacías. Sin embargo, hay un principio fundamental que debemos abrazar: la verdadera libertad nace de la responsabilidad personal.

La responsabilidad personal: El camino hacia la autosuficiencia

En un mundo donde muchos prefieren delegar sus problemas al Estado, es esencial reconocer la importancia de asumir el control de nuestras vidas. Dependiendo de otros para resolver nuestras dificultades, no hacemos más que imponer cargas sobre la sociedad, revelando una falta de confianza en nuestras propias capacidades.

Proactividad significa vivir sabiendo que tus actos tienen consecuencias.

No podemos esperar que otros solucionen nuestras dificultades.

Ser proactivo significa vivir sabiendo que nuestros actos tienen sus lógicas y esperables concecuencias. Es decir, proactividad es responsabilidad. Asumir que tu situación es mayormente el fruto de tus actos, de los millones de actos que has realizado en tu vida.

Es cierto que esos actos en positivo como buscar oportunidades, mejorar nuestras habilidades y adaptarnos a los cambios del mercado laboral, te acercarán a tus objetivos.

Pero no olvides que hay otros actos que restan, que te llevan al fracaso, o a donde decías que querías llegar. 

La clave está en hacer más de lo esperado en todos los aspectos de la vida: con nuestros seres queridos, en el trabajo y en la comunidad. Este esfuerzo constante crea un ciclo de reciprocidad y gratitud, cimentando una reputación de integridad y generosidad.

Formación contínua… eterna.

La educación no termina con la escuela. Observo que la mediocridad suele ir unida al abandono de seguir aprendiendo.

Debemos comprometernos con el aprendizaje continuo, explorando nuevos conocimientos que expandan nuestra visión del mundo.

Desde la física hasta la historia, cada disciplina añade valor a nuestra comprensión global. Observa cómo tus decisiones, no la suerte, determinan tu éxito. Los fracasos diarios sólo los vivimos los que hacemos cosas, muchas cosas, son la rutina que nos lleva al logro efímero del siguiente hito.

Estúpido, es la economía 

Hay un mantra muy extendido socialmente de que «el dinero no lo es todo en la vida», o que no da la felicidad.

Es muy bueno, pero para justificarnos de que algo no hemos hecho del todo bien. 

Pues es cierto que algunas cosas de las más importantes de la vida no se pueden comprar con dinero, pero

la comida, la vivienda, las medicinas, los abogados para proteger tus derechos, los médicos para cuidar tu salud, la energia para estar caliente en invierno y fresco en verano en tu casa, no se pagan con buenas palabras, sino con dinero.

Aún así la educación financiera brilla por su ausencia en los planes de estudio de nuestro país. Creo que intencionadamente nos quieren pobres y súbditos.

La gestión responsable de nuestras finanzas es crucial para alcanzar la libertad personal,

Me gusta más el concepto de tranquilidad financiera que el de libertad financiera, pero al fin y al cabo ambos sginifican autosuficiencia.

Ahorrar, invertir de forma sensata y ser conscientes de nuestros gastos nos permite construir una base sólida para nuestro futuro. El hábito del ahorro no solo mejora nuestra estabilidad económica, sino que también forja un carácter de autocontrol y disciplina. Recuerda: Quien guarda cuando tiene, come cuando quiere.

Educación financiera: el camino hacia la independencia

Aprender sobre finanzas personales nos capacita para tomar decisiones informadas y evitar errores costosos.

Reducir el tiempo dedicado a distracciones y enfocarse en adquirir conocimientos financieros es una inversión en nuestro futuro. La libertad es la autosuficiencia, no hace falta mucho para alcanzarla.

La decisión es tuya

Asumir la responsabilidad personal es un acto de verdadera libertad. Nos libera de la dependencia externa y nos permite construir una vida plena y satisfactoria. Una sociedad justa y democrática está formada por individuos autosuficientes, capaces de sostenerse sin caer en la dependencia.

Independencia es literalmente la no dependencia.

La libertad es inversamente proporcional a tu dependencia de los demás, a una prestación pública, una subvención, un subisidio o del patrimonio de tu familia.

Siendo un ser social, lo verdaderamente bueno es reconocer la interdependencia, es decir, que todos dependemos de todos, pero…

no es lo mismo en un plano de igualdad, de superioridad o de inferioridad, pues de ahí se pueden derivar relaciones de dominación o de cooperación… ¿te das cuenta del matiz?

Al ser consecuentes con el resultado de nuestros actos, comprometidos con nuestra educación y responsables en nuestras finanzas, podemos transformar nuestra realidad y contribuir a una sociedad más equilibrada. Lo que algunos llaman éxito, otros lo llamamos ir superando metas volantes, como en el Tour de Francia, y si ganas el Tour, al día siguiente empieza la preparación para la siguiente edición de la carrera, volverás a empezar desde la casilla de salida, como todos los demás.

La solución, después de todo, es individual.

Imagen de halayalex en Freepik.

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