Responsabilidad y Libertad: Mi respuesta a las críticas

por Abel Marín


Cuando el mal vence es siempre por la cobardía de la mayoría que estuvo en silencio y miró a otra parte. Cuando opinar molesta a los acomodados, es señal de que vas por buen camino. La respuesta a las críticas es una obligación moral.

Tras mi reciente publicación sobre la responsabilidad individual y su vínculo indisoluble con la libertad, he recibido una variedad de reacciones. La mayoría, afortunadamente, han sido de apoyo y reflexión compartida. Sin embargo, un grupo reducido pero ruidoso ha optado por la descalificación y el ataque personal. A ellos me dirijo hoy.

«Hablas desde el privilegio»

Curiosa acusación para alguien que:

  • Fue diagnosticado con esclerosis múltiple a los 27 años.
  • Ha sobrevivido a un infarto agudo de miocardio y una cirugía de triple bypass coronario.
  • Vive con un aneurisma cerebral bajo constante vigilancia.

A pesar de ello, he trabajado sin descanso, deteniéndome únicamente durante mis estancias hospitalarias. Ni un día de paro, ni ayudas, ni subvenciones. Comencé desde cero, trabajando desde los 16 años para no ser una carga en casa, y fui el primero de mi familia en acceder a la universidad, descendiente de abuelos analfabetos y humildes.

Si eso es privilegio, que venga Dios y lo vea.

«Eres tendencioso»

Sí, tengo una tendencia: hacia la verdad incómoda. Hacia señalar la decadencia de una sociedad que premia la mediocridad y castiga el esfuerzo. Si eso molesta, es porque he tocado una fibra sensible. Y no pienso disculparme por ello.

Al contrario. Me gusta la verdad, la responsabilidad y la libertad. Lo que detesto es la complacencia, la victimización y la falta de autocrítica. Si señalar eso me convierte en un «lo-que-sea» a tus ojos, quizás deberías revisar tus propios valores.

«Deberías ir a prisión por lo que escribes»

Incluso una descerebrada, inculta y sectaria, públicamente en una red social dijo que los que escribimos estas cosas deberíamos estar en la cárcel. Ese es el nivel. Lamentable.

La libertad de expresión es un derecho fundamental. Pretender silenciar opiniones discrepantes con amenazas legales es propio de mentes autoritarias y poco ilustradas.

Si expresar que vivimos en una sociedad decadente, floja, vaga e inculta es motivo de cárcel, entonces la democracia está más enferma de lo que pensaba.

No me callarán, aunque puede que llegue el día que considere que no vale la pena ni opinar ni dar respuesta a las críticas.

De momento seguiré ejerciendo mi derecho a opinar, a señalar lo que considero errores sociales y a fomentar el pensamiento crítico. No busco agradar a todos, ni falta que hace. Prefiero incomodar con verdades que adormecer con mentiras.

Daré respuesta a las críticas, o quizás un día, espero que no, pierda la esperanza.

A los que me apoyan, gracias. A los que me critican constructivamente, los escucho. Pero a los que solo buscan destruir, les deseo que encuentren la paz que evidentemente les falta.

Nota: Este post es una respuesta directa a las críticas recibidas tras mi artículo sobre la responsabilidad individual. No pretende ser una justificación, sino una reafirmación de mis convicciones.

Así que ese sapo me temo que alguno que lo van a tener que tragar.. 

 «TRAGANDO SAPOS»

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