Predicar en el desierto es una alocución que significa intentar convencer a quien no atiende a razones, o es incapaz de entender lo que se le está explicando.
Y ojo, se juntan dos perfiles: el cazurro y el ceporro.
Me refiero al cazurro como aquel que no atiende a razones y al ceporro como aquel que es incapaz de entender.
Claro, si preguntamos a la población de qué le suena Rousseau, es muy posible que haya más gente conteste que le suena a un perfume francés que a un filósofo cuyas ideas en gran medida son responsables de nuestra realidad actual en cuanto a la forma de organizarnos los seres humanos.
Pero, si además preguntamos qué es el contrato social, ni me imagino las contestaciones que pudieran darse. No voy a especular, pero sólo de pensarlo me da la risa.
A lo mejor el aroma de Rousseau nos inspira
Y podamos entender las siguientes frases del insigne perfumista francés y así reflexionar sobre ellas:
“Cuanto más crece el Estado, más disminuye la libertad.”.
Siendo que el dinero público el Estado paga el «sueldo» de 19 millones de españoles, 5 millones más que el sector privado. ¿Qué libertad crees que tenemos?
“Cuanto más numerosos son los magistrados, más débil es el gobierno.”
Sólo el 0,48% de los Presupuesto Generales del Estado se destina a la Justicia. ¿Crees que estás protegido de un posible régimen autoritario?
Decía, el perfumista Rousseau, que “Los sabios que quieren hablar al vulgo en un lenguaje diferente del que este usa, no pueden hacerse comprender”.
Y yo, que disto mucho de ser un sabio, creo que lo que hago aquí ahora es predicar en el desierto…
Juro que la imagen que ilustra este post la he obtenido de una base profesional de imágenes al escribir la palabra Rousseau, eso es la Inteligencia Artificial, ¡¡¡para ponerse a temblar!!!
