LA MALDAD EXISTE

por Abel Marín

Como abogado, muchas veces nos enfrentamos a esta cuestión: ¿realmente existe la maldad?

Hace años leí en un artículo de EL MUNDO lo siguiente de Pedro Rodríguez, psicólogo clínico:

«la condición humana tiene una característica propia, que es la maldad. Hay gente mala, con mal fondo, sin remordimientos. Y es así, aunque cueste aceptarlo». 

Me puse a buscar por Internet, sabiendo que lo que encontramos en la Red se debe poner en cuestión siempre, ¿Qué porcentaje de malas personas hay?.

No saqué ninguna conclusión al respecto.

Las personas buenas tienden a pensar que la bondad es mayoritaria, y las malas que la maldad rige la vida… y condicionados por esa creencia profunda nos relacionamos con los demás, unos con bondad y otros con maldad.

Lobos mezclados con frágiles y confiados corderos acechan, mientras los corderos pastan inadvertidos y sólo reaccionan cuando el peligro está encima de sus cabezas. Quizás demasiado tarde.

Lo similar se atrae

Por suerte, los unos y los otros tienden a agruparse en manadas o rebaños y se les distingue, y cuando llevas años buscando afinidades conductuales y de valores acabas creando un entorno más o menos acorde con tu visión del mundo.

Grupos virtuosos o grupos tóxicos, destructivos.

Pero hay lobos solitarios, la capacidad de reconocerlos y apartarse de ellos es vital para conseguir la felicidad y evitar la desgracia.

También hay grados de bondad y maldad, pienso que la mayoría estamos en un amplio rango soportable, un poquito pícaros, ¡menos mal! Aunque siempre he pensado que es más peligroso un imbécil que un malvado.

También está la teoría que la maldad es simple falta de inteligencia.

Y, ojo, imbéciles hay muchos, y la compasiva condescendencia hacia ellos nos hace más vulnerables incluso frente a ellos que frente a la maldad.

La estupidez hace tanto daño o más que la maldad, y no es un chascarrillo. Es una sincera creencia.

El miedo inclina la balanza hacia la maldad y la irracionalidad (que fomenta la estupidez)… muchas veces agravada por el resentimiento, y pienso que el miedo se mata matando la ignorancia, la incertidumbre.

Inteligencia es bondad, y viceversa

«A contrario sensu» el conocimiento nos hace mejores, inclina la balanza hacia la bondad y la racionalidad, que fomenta la sabiduría.

Pero vamos, pudiera ser que lo que acabo de contar sea una supina estupidez, ¿quién soy yo para dar crédito a mis palabras?

Atentos a los hechos. Procésalos de forma objetiva, sin prejuicios. El pensamiento correcto requiere datos, hechos, no suposiciones. Pon en cuestión tu paradigma y revísalo constantemente. Puede que tengas próximo a ti a personas tóxicas, por maldad o por estúpidas y tu cándida bondad no te permita verlo.

Imagen de fxquadro en Freepik

 

You may also like

Deja un Comentario

* Utilizando este formulario, aceptas que se queden guardados tus datos en esta web.