El diablo no es democrático pero lo aparenta.

por Abel Marín

Mucho antes de comenzar la carrera de Derecho, ya me interesaban estas cosas sobre las democracias. Se puede decir que me sabía la Constitución Española de arriba abajo, por pura curiosidad. Devoraba datos de geografía humana, económica y política en la biblioteca pública. Los libros de papel de una biblioteca siempre están desfasados, pero junto a la lectura diaria de periódicos, me iba formando una idea de cómo era el mundo.

Recuerdo que en 1986 encontré un tesoro en el instituto. No recuerdo si lo fotocopié yo o me lo proporcionó algún profesor de Geografía; el caso es que era un taco de folios que contenía una ficha de datos de cada uno de los países (Estados) del mundo con fecha de 1984.

Dicha ficha expresaba datos demográficos y económicos como el PIB, renta per cápita, principales sectores económicos… También recuerdo que había una casilla que definía su grado de desarrollo: desarrollado, en vías de desarrollo y subdesarrollado.

España y Portugal eran definidos como “país en vías de desarrollo”. Yo había nacido en una dictadura, pero sólo conocía nuestra democracia que, aunque era nueva y frágil, para mí era “mi mundo”.

Los países de la COMECON, los que estaban bajo la órbita de la URSS, constaban como desarrollados, pero una nota indicaba que los datos no eran muy fiables.

Tan sólo tres años más tarde, en 1989, con la caída del Muro de Berlín, comencé a ver lo que pasaba realmente tras el Telón de Acero y lo importante que es un sistema político, la división de poderes y el imperio de la ley para el bienestar de niños como yo.

Pero también había una enorme pobreza en aquel mundo: hambrunas espantosas, guerras en muchos lugares, desplazados, campos de refugiados, mientras en Occidente se vivía un desenfreno de consumismo y desarrollo que era obsceno, mientras nos mostraban las imágenes de niños de Etiopía en los huesos con moscas en la boca, que morían por millares.

El Mundo no es nuestro ombligo, no.

Casi cuarenta años después, la situación global de la democracia es preocupante. Menos del 8% de la población mundial vive en democracias plenas, mientras que casi el 40% reside bajo gobiernos autoritarios.

Esto nos debería poner en alerta, ya que pensamos que el mundo es nuestro ombligo, y no sólo somos una minoría, sino que España y otros países de la UE estamos dentro de la clasificación de democracias defectuosas, no plenas.

Además, estamos en un proceso de sustitución demográfica migratoria, recibiendo aceleradamente población de países no democráticos o de dictaduras autoritarias.

No solo se trata de una cosmovisión distinta por motivos religiosos (que también es un factor potente, pues las teocracias tienden a regímenes autoritarios dominados por una élite clerical), sino por la concepción de las reglas sociales, que en la mayoría de las regiones y de la población del mundo tienen claro que se basan en el poder y en la dominación; vaya, lo normal en el ser humano a lo largo de toda su historia.

Este panorama refleja una tendencia preocupante hacia el aumento de regímenes autoritarios y la erosión de la calidad democrática en muchas regiones del mundo.

Ahora estamos viendo la culminación de la muerte de la democracia en Venezuela y el inicio de la muerte democrática en España, y verás al final del artículo que no exagero, que lo explico sin sesgo ideológico, con base en la ciencia jurídica.

Cómo podemos clasificar los sistemas o regímenes del Mundo

En 2024, el índice de democracia elaborado por The Economist Intelligence Unit (EIU) clasifica a los países en cuatro tipos de regímenes políticos:

  • Democracias plenas
  • Democracias defectuosas
  • Regímenes híbridos
  • Regímenes autoritarios

Clasificar las sociedades de más de 8 mil millones de seres humanos, cada uno en su entorno, con siglos de historia particular detrás es un objetivo difícil, pero vale la pena aproximarnos a la realidad medida.

El índice democrático se calcula utilizando un cuestionario con alrededor de 60 preguntas distribuidas en cinco categorías principales:

  1. Proceso Electoral y Pluralismo
  2. Funcionamiento del Gobierno
  3. Participación Política
  4. Cultura Política
  5. Libertades Civiles

Cada categoría se puntúa en una escala de 0 a 10, y las puntuaciones se promedian para obtener el índice final del país. Los países se clasifican en las cuatro categorías mencionadas anteriormente según su puntuación media.

Como diré al final del artículo, el diablo está en los detalles, y esto solo nos da una foto fija, no una tendencia.

Clasificación de países por tipo de régimen

Esta tabla y análisis ofrecen una visión global de cómo se distribuyen los sistemas políticos en el mundo y la calidad democrática de cada país, proporcionando una herramienta valiosa para entender las tendencias actuales en gobernanza y participación política a nivel internacional.

  1. Democracias Plenas (Puntuación de 8 a 10):
    • Europa: Noruega, Islandia, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Irlanda, Suiza, Países Bajos, Alemania, Luxemburgo, Austria.
    • América: Canadá, Uruguay, Costa Rica.
    • Asia y Oceanía: Nueva Zelanda, Taiwán, Australia, Japón, Israel.
  1. Democracias Defectuosas (Puntuación de 6 a 7.9):
    • Europa: Francia, España, Italia, Portugal, Reino Unido, Bélgica, Grecia, República Checa, Polonia, Eslovenia.
    • América: Estados Unidos, Chile, Argentina, Brasil.
    • Asia y Oceanía: India, Indonesia, Malasia.
  1. Regímenes Híbridos (Puntuación de 4 a 5.9):
    • Europa: Hungría, Serbia, Albania, Ucrania.
    • América: México, Colombia, Ecuador, Honduras, Paraguay, Bolivia.
    • Asia y Oceanía: Pakistán, Bangladés, Turquía.
    • África: Marruecos, Nigeria, Kenia.
  1. Regímenes Autoritarios (Puntuación por debajo de 4):
    • Europa: Bielorrusia, Rusia.
    • América: Venezuela, Nicaragua, Cuba.
    • Asia: China, Irán, Irak, Siria, Arabia Saudí.
    • África: Egipto, Libia, Guinea Ecuatorial, Angola, Camerún, Somalia.

Aunque las comparaciones son odiosas, veamos comparaciones entre España, México e India

De acuerdo con el informe del Índice de Democracia 2024 elaborado por The Economist Intelligence Unit, las puntuaciones de España, México e India en las diferentes categorías son las siguientes:

España
  • Puntuación General: 7.94 (Democracia Defectuosa)
    • Proceso Electoral y Pluralismo: 9.58
    • Funcionamiento del Gobierno: 7.50
    • Participación Política: 7.22
    • Cultura Política: 7.50
    • Libertades Civiles: 8.53
México
  • Puntuación General: 5.14 (Régimen Híbrido)
    • Proceso Electoral y Pluralismo: 6.67
    • Funcionamiento del Gobierno: 4.25
    • Participación Política: 4.50
    • Cultura Política: 5.00
    • Libertades Civiles: 5.28
India
  • Puntuación General: 6.71 (Democracia Defectuosa)
    • Proceso Electoral y Pluralismo: 8.30
    • Funcionamiento del Gobierno: 6.43
    • Participación Política: 6.00
    • Cultura Política: 5.63
    • Libertades Civiles: 7.20
Análisis de Resultados
  1. España: Aunque clasificada como una democracia defectuosa, España mantiene altos puntajes en proceso electoral y pluralismo y libertades civiles. Sin embargo, la participación política y el funcionamiento del gobierno son áreas que presentan desafíos.
  2. México: Clasificado como un régimen híbrido, México tiene problemas significativos en todas las áreas evaluadas, especialmente en el funcionamiento del gobierno y las libertades civiles, lo que refleja una combinación de elementos democráticos y autoritarios.
  3. India: También una democracia defectuosa, India tiene una fuerte puntuación en el proceso electoral y pluralismo, pero enfrenta retos en la participación política y cultura política, además de problemas en las libertades civiles.

Pero no cantemos victoria,

¿no os dais cuenta de la polarización que hay en España o en Estados Unidos?

¿No veis la degradación notoria y visible de Francia, antaño rica, próspera y libertaria?

¿Por qué pasa eso? ¿qué podemos hacer?.

Por un clavo se perdió un reino, y el diablo o la lógica hizo el resto.

El diablo está en los detalles

Hay un principio universal de la conducta humana, algo irrefutable:

el factor más determinante del comportamiento humano es el grado de impunidad de los actos.

Es decir, si cojo una cosa que no es mía y no sufro ninguna consecuencia, me quedo con la copla, y si lo repito habitualmente, me sentiré impune.

Si mis vecinos hacen lo mismo, bienvenidos a Mad Max.

Los más ambiciosos, fuertes y violentos impondrán su orden, que será el sometimiento del resto. Puede que de vez en cuando uno de ellos, o un grupo, domine al resto.

Vuelvo al principio e indico esos pequeños detalles que el Diablo aprovecha.

Nuestra Constitución adolece de unos fallos, errores o brechas que fomentan la impunidad política; por ello, lo esperable es un progresivo deterioro de la calidad democrática, y como consecuencia, un deterioro económico y de calidad de vida.

El riesgo de un régimen totalitario es muy, muy real y muy probable.

¿Dónde está la impunidad en España? En los políticos.

¿No se dan cuenta ustedes que hay muchos, viven bien y casi ninguno termina pagando sus abusos?

La impunidad está en el BOE, en el sistema partitocrático que se plasma y retroalimenta en:

  1. nuestra propia Constitución,
  2. la Ley Orgánica del Regimen Electoral General ( LOREG), que nos hacen votar a ciegas (ver)
  3. Ley Orgánica del Poder Judicial, que regla el gobierno de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ, ver).
  4. y por último pero esencial, el garante de todo el sistema defectuoso (ver), el Tribunal Constitucional, que está regulado y desarrollado por la Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, del Tribunal Constitucional.

Lo estamos viendo estos días: Pedro Sánchez ha sido muy hábil en conquistar su partido político, el PSOE. Se ha rodeado de sus seguidores. Sus opositores dentro del partido han sido denostados, acallados o han abandonado. Han cambiado los estatutos de su partido para hacerse con el control real, que es la formación de las listas electorales, pues la ejecutiva del partido tiene la potestad de cambiar y aprobar las listas electorales.

Por eso hay disciplina de voto. Si no la cumples, no repetirás como candidato. Sucede como en la mafia: es una ley no escrita que todos saben y siguen…

 Y el líder, autócrata, aprovechando un sistema electoral en el que no todos los votos valen lo mismo, consigue gobernar con apoyos anti natura. A un dictador le da igual el cómo.

Esto es similar en todos los partidos. Ahora parece que es el PSOE la vía para el nuevo dictador, pero podría haber sido otro loco en otro partido. Porque no olvides nunca, que la maldad existe, y cuando son jefes, líderes o políticos, es devastador.

Foto: The New York Times.

Fuentes: Conocedores.com, Wikipedia, Reporteros Sin Fronteras, The Economist Intelligence Unit, Statista, UN News y Banco Mundial…

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