Dato mata relato

por Abel Marín

En esta era de posverdad, donde el relato mata la verdad y desprecia el dato, resulta necesario reivindicar que la realidad existe, que no es cierto que el mundo sea mental, porque no está demostrado, sino que es real, muy real.

Algo duro para mentes débiles que esperan amabilidad de la pura realidad. 

El refrán «dato mata relato» resalta la importancia de los hechos y la información concreta sobre las historias o narrativas subjetivas. En su esencia, sugiere que los datos objetivos y verificables tienen más peso y validez que las meras interpretaciones o percepciones personales.

En un contexto más amplio, esta expresión destaca la importancia de respaldar nuestras afirmaciones y argumentos con evidencia sólida y verificable.

Los datos nos permiten tomar decisiones informadas, fundamentar nuestras opiniones y evitar caer en prejuicios o suposiciones infundadas.

Uno de los pilares del pensamiento correcto, de la forma de pensar correctamente, según Stephen Covey, era basarnos en datos ciertos. 

Sin embargo, es esencial recordar que los datos también pueden ser interpretados y presentados selectivamente para respaldar una determinada narrativa o agenda.

Por lo tanto, debemos ser críticos y analizar los datos en su contexto, considerando fuentes confiables y utilizando métodos rigurosos de análisis para obtener conclusiones sólidas.

En resumen, el refrán «dato mata relato» nos recuerda la importancia de respaldar nuestras afirmaciones y argumentos con datos objetivos y verificables.

Al hacerlo, podemos tomar decisiones más fundamentadas y evitar dejarnos llevar únicamente por narrativas o interpretaciones subjetivas.

Y ojo, cuando es en el ámbito profesional y empresarial afecta a muchas personas.

Creía que llovía… pero sólo era agua que caía

 

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