El otro artículo 155 que todos hemos olvidado

por Abel Marín
artículo 155 del Código Civil

En septiembre se incorporarán a nuestro despacho dos abogadas de 50 y 28 años respectivamente. Eso del edadismo, no niego que sea una realidad, pero no es mi realidad, pues el talento senior, en mi opinión, es oro.

Pero me voy a centrar en el interés que mostró la candidata joven en el Derecho Civil, nuestra especialidad y, dicho sea de paso, nuestra pasión.

Ambos coincidimos en nuestra dedicación al Derecho Civil porque trata de lo más real, de lo cotidiano.

¿Qué es el Derecho Civil y cómo afecta tu vida diaria?

Cada vez que compras una barra de pan, se está “perfeccionando” un contrato de compraventa de un bien mueble entre vendedor y comprador. Si me lo compras a mí tiene una regulación distinta a si lo compras en un establecimiento comercial. Pero si te intoxicas al comerlo, el resarcimiento del daño o perjuicio causado nos llevará por otros derroteros, pues una cosa es el vendedor y otra el productor. ¿Hice yo el pan o sólo te lo revendí?

Cuando alguien me pregunta cuál es mi especialidad del Derecho y le respondo Derecho Civil, da igual si se lo digo en español o en coreano, necesita algo de explicación.

El Derecho Civil, también conocido como derecho privado, es una rama del derecho que regula las relaciones entre las personas, tanto físicas (individuos) como jurídicas (empresas y organizaciones). Si bien, de él se desprendieron el Derecho Mercantil y el Laboral.

Su objetivo principal es garantizar la convivencia pacífica y ordenada en la sociedad mediante la regulación de aspectos fundamentales de la vida cotidiana.

Ejemplos y ámbitos del Derecho Civil

  • Derecho de Personas: Regula cuestiones relacionadas con el estado civil, la capacidad legal (muy importante en situaciones de demencia, Alzheimer, u otras situaciones de falta de capacidad mental para vivir con autonomía) y los derechos y obligaciones de las personas desde su nacimiento hasta su fallecimiento.
  • Derecho de Familia: Trata sobre las relaciones familiares, como el matrimonio, el divorcio, la filiación, la tutela y las responsabilidades entre padres e hijos.
  • Derecho de Sucesiones: Establece cómo se deben distribuir los bienes de una persona después de su muerte, ya sea a través de un testamento o por las reglas de sucesión intestada. ¡Vaya herencias y testamentos!
  • Derecho de Propiedad y Posesión: Regula la propiedad de los bienes muebles e inmuebles, así como los derechos y obligaciones derivados de su uso, disfrute y disposición.
  • Obligaciones y Contratos: Se enfoca en los acuerdos entre personas y entidades, incluyendo la compraventa, arrendamiento, donaciones, préstamos y otros contratos.

¿Estás impactado por cómo ha cambiado la vida en tan pocos años?

Como en un abrir y cerrar de ojos, estamos viendo cambios sociales en Occidente asombrosos.

Por poner un ejemplo, cuando yo estudié Derecho, entrar en una casa ajena era un grave delito. Hoy el delito es que el dueño de la casa okupada deje de pagar el recibo de la luz de dicha casa y le corten la luz por impago.

Sí, es un delito de coacciones al pobre okupa. Como lo oyes. Y ya sé que la inmensa mayoría estamos en contra de eso, pero ¿por qué es la Ley así? ¿Cómo ha llegado a aprobarse una Ley así? Esa respuesta es muy larga y la abordaré en otro artículo.

Como decía en un artículo anterior: el Diablo está en los detalles.

En absoluto creo en eso del diablo, es una metáfora. Desgraciadamente soy agnóstico, no nací con el don de la Fe, pero sí con el de la bondad y algo de sensatez.

En realidad, quiero decir que los errores de un sistema explican que se produzca el deterioro o degeneración del propio sistema. Hasta el punto en que puede llevar a la destrucción. Al igual que pasa en un fallo de diseño en un avión, o una máquina en general.

Sí creo que la maldad existe y que la estupidez es más peligrosa que la maldad.

Y cuando por estupidez se abre la puerta a la impunidad, que es la falta de castigo para la corrección del comportamiento no conveniente socialmente, inevitablemente tendrá unas nefastas consecuencias. Por dos motivos:

  1. Transmitir los principios y valores nefastos, como que nada tiene consecuencias (fomento de la ignorancia y estupidez).
  2. Permitir que los malvados actúen con impunidad (fomento de la maldad, de la injusticia, de los abusos de poder).

¿Y por qué apunto al Derecho civil o privado?

Porque la evolución del Derecho Privado o Civil, hace de regulador de la base de las sociedades, que es la familia. Más especialmente la formación de los menores que serán los futuros adultos, y ello tiene su impacto directo en la sociedad.

El derecho privado, también conocido como derecho civil, es la piedra angular sobre la cual se construyen las relaciones entre individuos en cualquier sociedad. Es la base. Desde los primeros días de las comunidades humanas, la necesidad de tener normas para las interacciones entre sus miembros ha sido esencial para el mantenimiento del orden y la justicia.

En este artículo, analizaré cómo la educación, las normas y los valores transmitidos a las generaciones más jóvenes pueden moldear y transformar una sociedad total e irreversiblemente en un periodo relativamente corto. Bastan una o dos generaciones (20 a 30 años).

El otro artículo 155, mucho más importante está en el Código Civil.

Lee con atención cómo estuvo regulado el artículo 155 del Código Civil, desde 1889 hasta 1981:

“El padre, y en su defecto la madre, tienen, respecto de sus hijos no emancipados:

 

1.º El deber de alimentarlos, tenerlos en su compañía, educarlos e instruirlos con arreglo a su fortuna, y representarlos en el ejercicio de todas las acciones que puedan redundar en su provecho.

 

2.º La facultad de corregirlos y castigarlos moderadamente.

Ahora lee cómo cambia en 1981, por consenso político:

“Artículo 155. Los hijos deben:

 

1.º Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre

 

2.° Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.

Planteo la pregunta de fondo

Si el propio sistema legislativo exime de responsabilidad a los menores de edad, ¿qué eficacia tiene atribuirle una obligación que no puede hacérsela cumplir, ni tienen los padres derecho alguno a corregir ni castigar la mala conducta?

Sin duda, el buenismo no es nuevo, viene de lejos, pero ha crecido y crecido.

Ahora son adultos con otros valores, y votan a los partidos políticos que les conceden sus peticiones, exigen derechos económicos que difícilmente podemos satisfacerles.

Y todos los políticos, que saben cómo comprar el voto, pagan el precio con la insensatez y el interés del corto plazo, y por eso muchos de nosotros vemos un mundo donde cada día nos desayunamos con un disparate mayor. Vivimos en una ineptocracia (ver).

La modificación del artículo 155 del Código Civil muestra un cambio radical en la asignación de responsabilidades y derechos dentro de la familia. La versión anterior centraba las obligaciones en los padres, otorgándoles autoridad y responsabilidad sobre la educación y corrección de sus hijos. Este enfoque reflejaba una estructura familiar jerárquica donde los padres eran vistos como guías y autoridades máximas en la formación de sus hijos.

La reforma de 1981 invierte esta perspectiva, poniendo énfasis en las obligaciones de los hijos hacia sus padres, lo cual está genial,  pero es puro papel mojado, pues ni los padres, ni los profesores, ni los jueces exigen el cumpliento de este precepto.

Este cambio refleja una tendencia más moderna de reconocer la autonomía y derechos de los menores, pero también ha llevado a una disminución en la autoridad percibida de los padres y, por ende, a la de los profesores. Se ha deteriorado en general el respeto a cualquier autoridad.

La eliminación del derecho de corrección y castigo moderado ha sido especialmente controvertida, ya que algunos argumentan que ha contribuido a una sensación de impunidad entre los menores.

El Derecho Privado como fundamento de la sociedad

Desde tiempos inmemoriales, las leyes civiles han jugado un papel crucial en la regulación de las relaciones familiares y sociales.

En el contexto de la cultura occidental, el derecho privado ha sido fundamental para establecer normas claras sobre la convivencia, la propiedad y las obligaciones mutuas entre individuos. Estas leyes no solo buscan resolver conflictos, sino también prevenirlos mediante la promoción de conductas adecuadas y el establecimiento de responsabilidades claras.

Uno de los principios fundamentales en cualquier sociedad es la estructura familiar y el rol de los padres en la educación y formación de sus hijos.

La forma en que los padres educan a sus hijos determina, en gran medida, los valores y comportamientos de la próxima generación.

Así, las leyes que regulan las obligaciones y derechos de los padres y los hijos son esenciales para el desarrollo y la estabilidad de la sociedad.

Consecuencias sociales: Impunidad y desintegración del sistema legal y de convivencia

La percepción de impunidad entre los menores puede tener efectos devastadores en cualquier sistema legal. Sin olvidar esa realidad incómoda que viven en silencio muchos padres, y que pocos denuncian.

Sin una estructura clara de autoridad y consecuencias, los menores pueden sentirse libres de actuar sin considerar las repercusiones de sus acciones. Esta situación no solo erosiona la disciplina y el respeto en el entorno familiar, sino que también puede extenderse a la sociedad en general, llevando a un aumento de comportamientos antisociales y delictivos.

Hace unos días, alguien dejó un comentario en una de mis publicaciones asegurando que la cordura regresará. Eso es cierto, pero quizás no nos dé tiempo a verlo porque se necesitan varias generaciones de cordura para que ésta sea mayoritaria nuevamente.

Es crucial que la sociedad encuentre un equilibrio entre proteger los derechos de los menores (adultos al cabo de pocos años) y mantener la autoridad y responsabilidad de los padres en la formación de sus hijos.

¿Responsabilidad compartida?

Pero, claro, los adultos de hoy son distintos. Sin hacer generalizaciones, parece que eso que se denomina la “generación de cristal” es una realidad.

Pero, ¿cómo pueden transmitir valores que desconocen y habilidades que necesitan porque no se los han transmitido sus mayores?

No se les puede echar toda la culpa, pero poco o nada tiene que ver quién es más responsable.

Como dice el refrán, que se podría aplicar a nuestra civilización

entre todos la mataron y ella sola se murió

Creo que no hay culpables. Tampoco soy de los conspinanóicos que ven una oculta mano negra que domina el Mundo. Aunque sí hay distintos lobbies con sus intereses. Pero unos pugnan con los otros. Creo más en el caos. 

En mi opinión, la inconsciencia lleva a los errores fruto de la evolución natural de las sociedades; hay etapas de crecimiento y esplendor, y de decadencia y extinción. Occidente (Europa) lleva cinco siglos de predominio mundial, también hubo muchos aciertos. Ahora estamos viviendo el comienzo del final, otras culturas, otros pueblos tomarán el relevo del liderazgo.

Las normas y valores transmitidos a los niños durante tres décadas nos han traído hasta aquí, esa es la tendencia.

A algunos nos ha parecido un abrir y cerrar de ojos, un corto periodo de tiempo. Pero para muchos de los que tienen hoy menos de treinta años, no han conocido aquello que cuando el profesor te pegaba o castigaba por portarte mal, en casa te esperaban tus padres para el remate final. Algunos han conocido más bien lo contrario.

Una clase de Filosofía del Derecho

Supongo que los nuevos estudiantes de Derecho, que ya vienen de la secundaria con un déficit de la asignatura de Filosofía, estas palabras les sonarán extrañas.

Yo empecé derecho en 1991, con el antiguo plan de estudios de 1965, y en primero de carrera había sólo cinco asignaturas, hoy denostadas:

  • Derecho Romano (Derecho Civil puro y duro, los orígenes de Occidente)
  • y Derecho Natural (filosofía).

El derecho privado o civil, a través de sus regulaciones sobre las relaciones familiares, juega un papel esencial en la formación de las futuras generaciones y, por ende, en la configuración de la sociedad.

La transformación del artículo 155 del Código Civil Español es un ejemplo claro de cómo los cambios en las leyes pueden reflejar y, a la vez, influir en los valores y comportamientos sociales.

Es vital que, al legislar sobre estas cuestiones, se tenga en cuenta el impacto a largo plazo en la cohesión y estabilidad social. Solo así podremos asegurar que las futuras generaciones crezcan en un entorno que fomente el respeto, la responsabilidad y la justicia.

Espero que te haya sido edificante leer este punto de vista. Es muy corto, podría y debería matizarse y profundizar, pero entiende que esto de escribir lo que uno piensa es hobby,

Imagen de un artículo de la revista Hola. 

 

You may also like

Deja un Comentario

* Utilizando este formulario, aceptas que se queden guardados tus datos en esta web.