Buenismo o «peligrosismo»

por Abel Marín
Buenismo

En una encuesta que he realizado en una red social profesional, LinkedIn, planteé la siguiente pregunta:

No es una pregunta baladí, haz el esfuerzo de contestar sí o no. ¿Es justo que quién más se esfuerce gane más?

 

El resultado: 79% (Sí), 21% (No)

Vaya por delante que no es mi pretensión hacer un debate acalorado, como acostumbramos los seres humanos, queriendo tener razón ¿Vale?

También sé, y es intencionadamente, que la breve y escueta pregunta da pie a una respuesta que ante la disyuntiva Sí/No, nos deja con la palabra en la punta de la lengua sin poder decirla….

Por un momento, quiero que todos nos pongamos en la postura del que paga, pues si el que se esfuerza «gana» (cobra), hay alguien que paga, ya sea el cliente o el empleador.

Entoces, cada vez que contratas un servicio o compras un producto… 𝘀𝗶𝗻𝗰𝗲𝗿𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗺𝘂𝘆 𝘀𝗶𝗻𝗰𝗲𝗿𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲, responde:

¿Pagas por el 𝗲𝘀𝗳𝘂𝗲𝗿𝘇𝗼 que ha supuesto al que presta el servicio o ha fabricado el producto? o más bien ¿tomas la decisión en base al 𝗿𝗲𝘀𝘂𝗹𝘁𝗮𝗱𝗼 del servicio o la calidad del producto?

Es genial que seamos compasivos, que valoremos en abstracto el esfuerzo que hace un semejante y que instintivamente queramos premiarle, 𝗽𝗲𝗿𝗼… 𝗲𝗻 𝗮𝗯𝘀𝘁𝗿𝗮𝗰𝘁𝗼… 

Buenismo versus realismo

No esperas que:

  • el cirujano que opera a tu hijo a vida o muerte simplemente se esfuerce, sino que tenga éxito en el resultado,
  • el piloto del avión en el que vuelas lo haga lo mejor que sabe, sino que llegues sano y salvo a tu destino.
  • no pagarás al mecánico de tu coche por estar varios días reparándote el vehículo, sino por el valor de mercado de la reparación de la avería concreta.

Bien, bien, toda esa compasión o buenismo, va permeando en las mentes de todos, y forma una cultura de una sociedad, y se traslada poco a poco a las leyes, lo cual refuerza la idea o ideas, pues no sólo es lo «normal» sino, además, lo legal….

Consecuencia: unas sociedades prosperan otras se depauperan.

Es difícil expresar 𝗽𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲́ 𝗲𝗹 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗶𝘀𝗺𝗼 𝗲𝘀 𝗽𝗲𝗹𝗶𝗴𝗿𝗼𝘀𝗼, y es porque apela a la emoción anulando la razón.

No he sabido hacerlo de otra manera, espero que nos sirva para reflexionar.

 

Imagen de luis_molinero en Freepik

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