Por qué es tan peligrosa la Ley de Amnistía para el Tribunal Supremo

por Abel Marín
no ley de amnistía

Los que miraban a otro lado permitieron la permanencia de Hitler, Stalin, Fidel, y tantos otros que hoy someten a sus ciudadanos. Años después todos pagaron las consecuencias y la deshonra por haber sido cobardes. No lo haré yo respecto a la gigantesca corrupción que supone la Ley de Amnistía como precio para mantener el poder.

Amigos y ciudadanos, hoy nos encontramos ante una encrucijada que afecta los cimientos de nuestra democracia. El Tribunal Supremo ha levantado una bandera de alerta sobre una ley que, bajo el manto de la reconciliación, podría desmoronar el delicado equilibrio de justicia e igualdad que hemos construido con tanto esfuerzo. Hablamos de la Ley de Amnistía.

La Sala Penal del Tribunal Supremo ha acordado en fecha de 24 de julio de 2024 promover cuestión de inconstitucionalidad contra el artículo 1 de la Ley de Amnistía al considerar que vulnera el derecho constitucional a la igualdad ante la ley, así como los principios de seguridad jurídica y proscripción de la arbitrariedad que la Constitución española proclama; y que, subsidiariamente, pudiera vulnerar el principio de exclusividad jurisdiccional.

El golpe de Estado se puede consumar si el Tribunal Constitucional no lo impide, y te recuerdo que el el TC, no es un tribunal juridico, sino un órgano político (ver), con una mayoría similar a la que ha aprobado la infame ley de amnistía. Tambien nos quedan instancias europeas. El camino será largo.

 

¿Qué dice el Tribunal Supremo?

El Tribunal Supremo, a través de un riguroso análisis, ha promovido una cuestión de inconstitucionalidad contra el artículo 1 de esta ley. Argumenta que:

no solo vulnera el derecho a la igualdad ante la ley, sino también el principio de seguridad jurídica y proscripción de la arbitrariedad.

En esencia, esta ley otorga un trato preferencial a aquellos que han cometido delitos en pro de un proceso secesionista, mientras que otros, por delitos similares pero con diferentes motivaciones, deben cumplir sus penas.

La gravedad del asunto

Imaginen por un momento que alguien, al lanzar adoquines contra un juzgado, encuentra amnistía solo porque su motivo fue protestar contra una sentencia específica del Tribunal Supremo. Pero si otra persona hiciera lo mismo, motivada por cualquier otra causa, tendría que enfrentar las consecuencias penales. Esta disparidad es, según el Tribunal, una clara violación del principio de igualdad ante la ley.

El hecho es el mismo: atentar contra un Juzgado. A uno se le condena, al otro se niega incluso que el hecho se produjo.

Principio de seguridad jurídica en peligro

La seguridad jurídica se basa en la certeza de que las leyes se aplican de manera consistente.

Sin embargo, el Tribunal advierte que esta amnistía, al ser concedida sin ninguna cautela o condición, erosiona esta certeza.

Cualquier grupo, con suficiente poder político, podría aspirar a ser amnistiado en el futuro, sin importar la gravedad de sus delitos, siempre y cuando logren una representación suficiente en las urnas. ¿Acaso no socava esto la confianza en nuestro sistema legal?

La sombra de la corrupción

Lo más alarmante es que esta cuestión tan crucial no ocupa las portadas de nuestros medios de comunicación.

Sorpende que no sea titular de todos los medios de comunicación, bueno, en abosluto. Es la prueba de la extrema corrupción del sistema de prensa de este país, corrupto hasta la médula pues no muerden la mano que les da de comer: las subvenciones y la pulbicidad institucional.

Quiero dejar claro, que la mayoría de medios de comunicación son víctimas de la corrupción de los partídos políticos, están atrapados, son rehenes. Y ello sin perjuicio de que algunos medios están colonizados por políticos disfrazados de periodistas y opinadores profesionales.

Muchos medios dependen de las subvenciones y la publicidad institucional del Estado, lo que limita su capacidad para actuar con independencia. Este silencio mediático es un reflejo de cómo el poder puede manipular y distorsionar la información que llega a la ciudadanía.

Es una corrupción que viene de décadas, es tan usual que ni siquiera percibimos que es corrupción, deshonestidad.

Y lo peligroso es que en los ultimos tiempos se amenaza con perseguir y cerrar los medios críticos con el poder político

No va de rojos, azules, morados o verdes, ¡no!

No estamos ante un simple debate político.

Nos enfrentamos a una amenaza real a los principios constitucionales y a la propia esencia de nuestra democracia. Como ciudadanos, debemos estar vigilantes y exigir transparencia. No permitamos que las decisiones que afectan nuestro futuro se tomen en la oscuridad y sin el escrutinio público que merecen.

Es momento de alzar la voz, de abandonar la polarización política, de abrazarnos como conciudadanos para defender la igualdad ante la ley y asegurar que la justicia no sea un privilegio de unos pocos, sino un derecho de todos.

No dejemos que el silencio sea cómplice de la injusticia.

En estos momentos críticos, recordemos que la democracia no es un regalo, es una responsabilidad que debemos proteger con firmeza y convicción. Que la Ley de Amnistía no sea el precedente que ponga en peligro todo lo que hemos logrado.

La justicia y la igualdad nos llaman. Respondamos con determinación y claridad, cada uno desde su lugar.

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