Difícil pregunta es la de decir quién soy.
Intenta explicarte a ti mismo quien eres tú. Complicado ¿verdad?.
Dicen que somos tres personas a la vez:
- la que creemos ser (ego),
- la que los demás perciben (desde sus egos y con lo poquito de ven de nosotros)
- y la que somos en realidad (un misterio, al menos para mí).
Como podrás deducir esas tres personas nunca son iguales, y se aplica para ti y para mi.
Para unos soy un abogado cofundador de un bufete, autor de un libro de divulgación sobre herencias y testamentos, para otros un hijo, un hermano, el vecino, un amigo, el compañero de trabajo, un conocido,… incluso para alguno, un enemigo, alguien que le caigo mal.
Pero lo más importante es que para la inmensa humanidad no soy absolutamente nadie, ni tú tampoco. Y oye, una vez entiendes eso te sientes liberado.
Así que empecemos por ser humildes. Quizás somos importantes sólo para un puñadito de personas, unos pocos porque nos quieren, la mayoría porque nos necesitan, pero eso da para un «pensamiento del día» a parte
En este blog, voy a mostrar una parte de mi, para que puedas hacerte tu propia idea sobre quién soy, y esa será tu realidad sobre mi, y yo la aceptaré.
Así que voy a confesarte…
Quién creo que soy.
Soy alguien consciente de la vida, de que el pobre pensamiento de Descartes de «que pienso, luego existo» se queda corto para explicar la existencia humana, y tras ello me pregunto sobre el sentido de todo esto de la vida, huyendo del nihilismo de Albert Camus y otros, regreso a los primeros maestros como Sócrates a quien se le atribuye, la siguiente frase:
“Una vida sin examen no merece la pena ser vivida”
Y no sólo me lo pregunto, sino que necesito dar respuesta a todo lo que veo, sabiendo que al igual que Sócrates «sólo sé que no sé nada».
En consecuencia, cada cosa que en este blog exprese lo hago sabiendo de mi ignorancia, con algo de vergüenza, con mucho temor al examen público, pero con el valor (temerario atrevimiento) de expresarme en uno de los momentos históricos de la peor y más peligrosa persecución de la libertad de expresión.
Por mi que no quede, pero tranquilo, ni tengo tiempo ni te voy a dar la barrila con largas y barrocas reflexiones, ni me gano la vida con ello, más bien me puede perjudicar. Así que cada día, «no sé muy bien a santo de qué» publicaré sobre algo, que me venga en gana pero que crea que aporta algo bueno al mundo: pensamiento crítico.
Un pensamiento o reflexión es mucho más que una simple frase del día que pretende que actúes por emoción sin un mínimo de razón…
Sin más perorata, te doy las gracias por dedicar tu valioso tiempo en leer estas líneas de alguien tan poco importante como tú.
Ah, y recuerda una cosa de este charlatán y de todos los demás: no es lo mismo predicar que dar trigo.